Muchas veces nos dan ganas de comer y no es por hambre, sino que puede ser síntoma de alguna alteración generada por estrés o depresión.

Es necesario calmar ese impulso porque puede llevarnos a subir de peso y desequilibrar nuestro organismo.

Lo que hacemos es tratar de mitigar la ansiedad a través de la comida. Por eso, muchas veces las dietas provocan malestar, porque aumenta la ansiedad y nos privan de comer compulsivamente todo lo que queremos.

En otros casos, muchas personas llevan una dieta extremadamente restrictiva que no deja comer aquello que queremos, por lo tanto, puede generar la ansiedad como síntoma.

Si llevamos una alimentación sana y equilibrada con la cantidad de alimentos necesarios, y comemos las cantidades adecuadas, no nos generará ansiedad ni culpas.

Hambre psicológico o por ansiedad
Se conoce como el “síndrome del picoteo”. Comer sin mirar, con prisas, a cualquier hora, sin degustar, ese comportamiento puede derivar problemas de salud como indigestión o gastritis.

Por lo visto, son gratificaciones que nos hacemos mediante la comida que sustituyen al placer y la culpa.
También el estrés, la ansiedad y la soledad, pueden estar detrás de esta ingesta excesiva de alimentos.
Los alimentos que tomamos en este caso suelen ser insanos, y generalmente los llamamos antojos.

Hambre fisiológica
El hambre real, se da cuando el cuerpo nos pide la energía necesaria para funcionar. Nos da señales de alerta, necesitamos ingerir alimentos ya que sentimos el estómago vacío o ruidos estomacales.

Este tipo de hambre el cuerpo nos pide cualquier tipo de alimento y no necesariamente antojos, ni calóricos.

Evitar el hambre por ansiedad o controlarlo

Realiza ejercicio físico
Es muy beneficioso para ayudar a descargar tensiones, minimizar los estados de estrés y oxigenarnos, lo cual va a disminuir la ansiedad por la comida.

Hidrátate de manera correcta
La deshidratación se suele confundir con ansiedad. Es recomendable consumir bastante líquido durante el día sin azúcar, agua sin gas, tés de hierbas etc.

No saltarte las comidas
Es necesario respetar las comidas como: desayuno, almuerzo, y cena, se pueden agregar alimentos, pero de esa manera mantienes un ritmo de ingesta cada 3 horas.

Evita el café, las bebidas cola, el té verde, ya que aumenta la ansiedad por su gran contenido de cafeína y teína.

Trata de escuchar siempre a tu cuerpo para ver si realmente es hambre. Trata de relajarte, respirar, antes de recurrir a tomar los alimentos de manera compulsiva.

Fuente: Nosotras