No es fácil estar en paz todo el tiempo, pero, es algo por lo que tenemos que luchar cada día, ya que sin salud mental, mal vamos.

En este caso, hablamos de no dejar que nada -ni nadie- perturbe esa paz mental que todos nos merecemos.

Lo primero que hemos de tener en cuenta es que merecemos esa salud mental. Merecemos estar bien, porque no hay nada que sea imperdonable.

Por eso, pon tu vida y tu persona en primera línea, quiérete igual que quieres a tu familia, a tu pareja o a tus mejores amigos. A todos ellos los amas, los proteges, les pones en primer lugar. Para que nada perturbe tu paz mental, protégete como si fueses uno de ellos.

Será entonces cuando encuentres el amor verdadero, el amor de tu vida: el tuyo.

Después, no olvides el poder del perdón.

Igual que es bueno perdonar a los demás, para vivir en paz y tranquilidad, también has de darte esta facilidad a tu persona. Todos metemos la pata, todos hemos hecho cosas de las que nos arrepentimos, todos estaríamos más tranquilos y seríamos más felices si pudiésemos olvidarlas sin más.

Por suerte o por desgracia, nadie tiene la conciencia cien por cien tranquila las veinticuatro horas que tiene un día. Hay que aprender a perdonarse, tanto las cosas pequeñas, como lo más grande que habite en nuestro interior. Así, nuestra paz mental vivirá mejor con nosotros mismos.

Y por último, no te dejes llevar por comentarios maliciosos, por sensaciones negativas, por personas que no están bien y tratan de hacer lo mismo a los demás. Porque eres valioso y necesitas mantener ese valor.

Lo conseguirás si te mantienes apartado de esas personas que precisamente lo último que tienen es paz mental y ganas de hacer las cosas bien.

Fuente: Nosotras